“A lo mejor 20 días no son suficientes para la dejación de armas. El IRA se demoró 7 años”, indicó Catalina Botero, decana de la Facultad de derecho de la Universidad de los Andes en el programa Hora 20, de Caracol Radio.
“A lo mejor 20 días no son suficientes para la dejación de armas. El IRA se demoró 7 años”@cboteromarino en #DebateHora20
— Hora 20 (@Hora20)
En el programa surgió la pregunta de si los 20 días en los que se amplió el plazo para la entrega de armas de las Farc son suficientes para completar ese proceso, a lo que Botero contestó:
“Siempre y cuando sigan avanzando y construyendo esas confianzas, para lo cual es fundamental la seguridad jurídica, y es muy importante que la Corte tome la decisión que tiene que tomar sobre la reforma constitucional de la Justicia Especial para la Paz, JEP, y que salga la ley de la JEP y que se estructure el sistema de justicia, verdad, reparación y no repetición y que eso avance mientras se están entregando las armas, yo creo que el país tiene que estar dispuesto a tener tranquilidad, a esperar a que eso pase siempre y cuando exista la voluntad clara de que eso pase”.
Colombiacheck contactó por correo a Botero, quien está por fuera del país y quien manifestó que tenía una agenda bastante ocupada, pero que trataría de responder un cuestionario que se le envió. Hasta el momento no hemos tenido respuesta.
Hay que recordar que en el Acuerdo Final se pactó que la entrega de armas terminaba el día D+150 y que a más tardar, el día D+180 las Naciones Unidas terminarían de extraer esas armas y certificaría el cumplimiento del proceso. Ese plazo se vencía el pasado 1 de junio, pero por múltiples retrasos, algunos de ellos, asociados a la construcción de las Zonas veredales transitorias de normalización, el acto que dará fin a esa entrega se espera para mañana 27 de junio.
¿Pero se demoró siete años el proceso de entrega de armas del IRA?
Colombiacheck revisó documentos, artículos de prensa y consultó a expertos y califica la afirmación de Botero como verdadera.
El IRA
“Esto era una guerra de la población contra el imperio británico y de los católicos contra los protestantes y de los grupos armados de cada uno de estos factores”, explica la historiadora Diana Uribe sobre el conflicto en Irlanda.
“Los ingleses odiaban a los católicos irlandeses porque en las dos guerras mundiales se han puesto del lado de sus enemigos; los católicos irlandeses odian a los ingleses porque consideran que son la raíz de todas sus desgracias; los protestantes odian y temen a los católicos porque consideran que son una permanente amenaza para su estabilidad y su vida en la isla y los católicos odian a los protestantes porque consideran que ellos tienen todo lo que a ellos les es privado, todo esto pasa en Irlanda del Norte, una ciudad de 500.000 habitantes”,
El grupo armado católico Ejército Republicano Irlandés (IRA por sus siglas en inglés), firmó en 1998 el Acuerdo de Viernes Santo el cual también firmaron varios partidos políticos de ese país y los gobiernos de Irlanda y Reino Unido para terminar décadas de violencia.
“Una Comisión Independiente de Entrega de Armas fue establecida para supervisar el desarme gradual de los grupos armados ilegales, pero el IRA no participó en el proceso de entrega. En 2001 la situación escaló al punto de que miembros de alto nivel del Gobierno renunciaron debido a la falla del IRA de poner su armamento “completa y verificablemente fuera de uso”. En agosto de ese mismo año, tres años después de la firma del acuerdo de paz, el IRA accedió destruir su arsenal. Sin embargo, los progresos fueron lentos hasta que en 2005 la cúpula de la insurgencia ordenó a sus miembros que entregaran armas y terminaran la “campaña armada”. Este significativo paso mostraba el compromiso por parte del IRA en la paz, e incentivaba la implementación del Acuerdo de Viernes Santo”, explica el documento titulado Desarme y dejación de armas: casos internacionales publicado por la Organización Internacional para las Migraciones.
Una nota del diario español El Mundo con la cronología de las fechas clave del IRA recuerda que en 1998 se firmó el Acuerdo de Viernes Santo e indica que el 26 de septiembre de 2005, es decir, siete años después, “la Comisión Internacional Independiente de Desarme (IIDC), que supervisa la entrega de armas de los paramilitares norirlandeses, confirma el completo desarme de la banda, un paso histórico y necesario para desbloquear el proceso de paz en la provincia”.
“Se firmó el acuerdo en 1998, pero durante muchos años, desde ese momento hasta hoy, hemos visto que parte de los acuerdos se están implementando y parte no. No era firmar el acuerdo, implementarlo y dos o tres años después todo estaba bien, no, la implementación todavía está en proceso”.
Además, indicó que no ha sido un proceso lineal, “es importante de destacar, muchas veces tuvimos dos o tres pasos adelante, la implementación siguiendo bien y después un retraso enorme y una periodo de parálisis durante tres o cuatro años, entonces es también importante destacar que un proceso lineal es casi imposible de conseguir. Lo importante es mantener la esperanza y la confianza incluso en los momentos en los que nada está pasando”, resaltó Hyland.
La extensión de plazos es normal
Daniel Pardo, investigador de la FIP, explicó que los procesos de desarme son complicados. ”Es un proceso técnico, pero también es un proceso con una dimensión simbólica fuerte asociada a percepciones y emociones de los actores involucrados, pero también de la opinión pública tanto nacional como internacional”.
Pardo aseguró que es normal que se prorrogen los plazos y recordó que en la mayoría de experiencias de desarme en el mundo se han tenido que hacer cambios en los cronogramas. “El hecho de que en el Acuerdo se hayan establecido unas fechas no necesariamente quiere decir que tienen que cumplirse porque son procesos que sobre la marcha van presentando dificultades”.
La mayoría de procesos de desarme, desmovilización y reintegración en el mundo se basan en unos estándares de Naciones Unidas, esos estándares dicen que entre más rápido se haga el proceso de desarme, mejor, porque así se evita desviación de arsenales, que las armas se comercialicen en mercados negros, que haya caletas. Los estándares no dicen cuánto tiempo es el prudente, dicen: entre menos tiempo mejor y recoja y destruya las armas en circulación”, explicó el investigador.
Además, Pardo señaló que las Farc tomaron el proceso de Irlanda en varias ocasiones como referente durante la negociación con el Gobierno colombiano y entre las razones están varias similitudes, como que ese no incluyó ceremonias públicas de entrega a las cuales se han negado las Farc, que las armas fueron entregadas a un tercero neutral (en el caso colombiano la ONU) y la forma en la que se usó el lenguaje en cuanto al desarme, pues en ninguno de los dos se habló de entrega de armas por la connotación de rendición que tiene.
Por último, el investigador indicó que no recuerda que en Irlanda se haya utilizado una estrategia específica para evitar que la ciudadanía perdiera la confianza en el desarme por lo demorado del proceso, situación que refuerza la idea de que fue un proceso con un alto nivel de hermetismo.