Lo que hubo detrás de la elección de la contralora de Floridablanca
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La elección de Luz Marina Díaz Mantilla como contralora estuvo cuestionada porque su esposo fue uno de los que inscribió el movimiento por el que se lazó y llegó a la alcaldía de Floridablanca Héctor Guillermo Mantilla Rueda. Quienes participaron en la elección hoy son investigados por presuntas irregularidades en el proceso que la llevó al cargo.
Julio Javier Delgado Duarte, quien lideró la recolección de firmas
para la candidatura del alcalde de Floridablanca, y su esposa,
Luz Marina Díaz Mantilla, actual contralora del municipio.
/Foto tomada de Facebook.
Por: Xiomara Montañez
Periódico 15, Universidad Autónoma de Bucaramanga
El 24 de octubre, un juez del Circuito de Bucaramanga confirmó que 18 de los 19 concejales de Floridablanca, incluidos los tres que conforman la mesa directiva, podrán afrontar en libertad el juicio por las supuestas irregularidades en la elección de la contralora municipal Luz Marina Díaz Mantilla.
La decisión ratificó la tomada por un juez de Garantías en julio, cuando la Fiscalía les imputó los delitos de prevaricato por omisión y por acción, y fraude procesal en documento público.
Lo que los investigadores encontraron es que los concejales habrían desobedecido un fallo del Tribunal Administrativo de Santander que los obligaba a elegir al contralor del municipio de una terna que había sido convocada a principios de 2016 y que además no habrían cumplido a cabalidad la responsabilidad de evaluar las hojas de vida de los aspirantes al cargo.
Por ello, también hay dos investigaciones disciplinarias abiertas en la Procuraduría General de la Nación.
Pareciera que este municipio santandereano estuviera destinado a dar una batalla jurídica cada vez que se nombra algún funcionario y especialmente cuando esto depende del Concejo Municipal, ya que, a la par de este escándalo, el ente acusador también investiga a los 18 concejales por supuestas irregularidades en la elección del personero.
Y ya está en etapa de juicio otra investigación contra los integrantes de la mesa directiva de 2015 por la presunta celebración indebida del contrato de una compañía para la selección de los ternados de contralor.
Primer cuestionamiento: Lazos familiares
Pero los procesos que adelanta la Fiscalía son tan solo un capítulo en la historia de la elección de la titular del órgano que controla y vigila los recursos públicos y, en teoría, debería ser ajeno al gobierno de turno. Desde que llegó al cargo, distintos sectores han señalado a Luz Marina Díaz Mantilla, abogada egresada de la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga, oriunda del municipio de Zapatoca, Santander, por su presunta cercanía con el mandatario local.
Su relación con la clase política local es conocida, pero niega que sea cercana a políticos como el exalcalde Néstor Fernando Díaz Barrera (quién renunció a su cargo en 2013 por una inhabilidad para ejercer dicha función) y Fredy Antonio Anaya Martínez (empresario, representante a la Cámara de Opción Ciudadana y uno de los que respaldó la candidatura de Mantilla Rueda).
Al preguntarle sobre si tiene algún tipo de vínculo familiar o de amistad con el alcalde Héctor Guillermo Mantilla Rueda, la funcionaria afirma que no. Incluso, explica que, para desvirtuar las acusaciones en su contra, sacó el árbol genealógico del mandatario. “Esos Mantilla son de Girón y yo soy de Zapatoca. Como estos pueblos son tan pequeños, puede ser que exista alguna relación, pero, con los registros civiles que me tocó conseguir y las partidas de bautizo, hasta la quinta generación de mis abuelos, no salió”, explicó.
Resalta que su nombramiento sorprendió a la ciudad, pero añade que presentó su hoja de vida y el Concejo no la rechazó. “La piedra en el zapato es que yo era la única que no era política; por eso todos estaban molestos”, comentó.
Como lo aseguró en una entrevista en una emisora local, “si quieren un desarrollo profesional correcto, tiene que ser una persona que no esté matriculada con ningún color”.
El principal de los señalamientos es que su esposo, Julio Javier Delgado Duarte, fue uno de los tres ciudadanos que inscribió el movimiento Renace Floridablanca, por el que se lanzó y ganó la Alcaldía del municipio, Héctor Guillermo Mantilla Rueda, junto a Pedro Julio Solano y Guillermo Mantilla Delgado.
En cuanto a la relación de amistad con el burgomaestre y su esposo, ella reconoce que él sí hizo parte del grupo de ciudadanos que inscribió el movimiento Renace Floridablanca, pero asegura que Delgado Duarte no participó en la campaña. “¿Qué relación va a tener un señor de 50 años con un muchacho de 23? Él no es político, detesta la política, es abogado y está dedicado al comercio”, comentó.
Sin embargo, como lo muestra una fotografía del 9 de julio de 2015, en la entrega de firmas en la Registraduría de Floridablanca, Julio Javier Delgado Duarte lució una camiseta con el nombre del movimiento y estuvo junto a Héctor Mantilla.
Entrega de firmas del Movimiento Renace Floridablanca en la Registraduría de Floridablanca.
Julio Javier Delgado Duarte viste una camiseta con el nombre del movimiento; junto a él,
el entonces candidato a la alcaldía, Héctor Mantilla. /Foto tomada de Facebook.
También aclaró que la relación matrimonial con Delgado Duarte no era impedimento para ejercer el cargo. “Si existiera una inhabilidad caería sobre él, no sobre mí. Según la ley, si el contralor fuera él, tendrían que destituirlo”.
De acuerdo con un exconcejal y un excandidato al Concejo en 2011, ambos del Partido de Integración Nacional (PIN), antes de presentar su postulación Díaz Mantilla al parecer ya contaba con el apoyo de la familia del alcalde Héctor Guillermo Mantilla Rueda, encabezada por su tío Jorge Humberto Mantilla Serrano, secretario de la Cámara de Representantes, y de su papá Jairo Mantilla Serrano, exdiputado, exconcejal y empresario de este municipio, ambos cabezas visibles del Partido Conservador en la región.
El alcalde de Floridablanca Héctor Mantilla Rueda junto a su tío, Jorge Humberto Mantilla Serrano,
secretario de la Cámara de Representantes. /Foto tomada de Facebook
Lo anterior lo explicaría una supuesta relación de amistad que existe entre la familia del esposo de la contralora, el abogado y comerciante Julio Javier Delgado Duarte, y la del alcalde Mantilla.
El primero es hijo del empresario Pastor Julio Delgado y hermano de Jorge Enrique Delgado Duarte -propietario de una reconocida cadena de supermercado de la región-quienes conformarían el círculo cercano de Jairo Mantilla Serrano, padre del burgomaestre.
Sumado a la relación matrimonial entre Delgado Duarte y la contralora, y luego de la llegada al poder del alcalde Mantilla Rueda, la esposa de Pedro Julio Solano, Mercedes Plata Delgado, fue nombrada como directora de la Escuela de Capacitación Municipal de Floridablanca, Ecam, cargo en el que aún continúa.
Vale recordar que el joven mandatario era uno de los militantes más reconocidos en las juventudes conservadoras por el papel que desempeñó como gerente en Santander de la campaña de Martha Lucía Ramírez a la presidencia, pero no fue avalado por el partido de su familia, en cabeza de la familia Díaz Mateus. Así que se lanzó con el respaldo de distintos sectores a su carrera a la alcaldía, entre esos el de Fredy Anaya y el senador Bernabé Celis Carrillo, de Cambio Radical.
Segundo cuestionamiento: la experiencia
El 23 de julio de 2016, los concejales eligieron a la abogada Luz Marina Díaz Mantilla. De los 19 corporados, 11 votaron a favor de la abogada, y 8 estuvieron ausentes de la sesión.
Esa elección se dio luego de seis meses de disputas jurídicas, entre procesos judiciales y administrativos.
El Concejo seleccionó a la empresa Servitem Ltda para realizar el proceso de selección, aparentemente sin cumplir los requisitos y por ello la Fiscalía les imputó cargos a los tres integrantes de la mesa directiva que firmaron el convenio: Salvador Molina Saavedra (ASI), Reynaldo Flórez Villamil (Conservador) y Heriberto Vera Pedraza (Cambio Radical). A este último la Procuraduría lo inhabilitó por diez meses para ejercer cargos públicos. Su hermano y actual concejal de Floridablanca, José Nicanor Vera Pedraza, fue uno de los ocho corporados que no estuvo ausente de la sesión en la que se eligió a la contralora.
La terna fue seleccionada por el Concejo el 31 de diciembre de 2015, un mes después de conocerse la convocatoria pública para la elección, pero un juez anuló el proceso y ordenó reiniciar el proceso de selección.
El 8 de febrero de 2016, el Concejo Municipal de Floridablanca dio a conocer la nueva convocatoria pública para la elección de contralor municipal 2016 – 2019. La fecha prevista para la elección fue el 2 de julio de 2016, luego se modificó para el día 23.
Los 19 concejales dieron a conocer la lista preliminar de los admitidos. En total fueron seleccionados 23. No solo figuraba la abogada Luz Marina Díaz Mantilla, sino políticos como la exconcejal de Bucaramanga por el partido Conservador, Carmen Lucía Agredo Acevedo, quien actualmente aspira a la Cámara de Representantes por esta colectividad, y que cuenta con el apoyo del movimiento Renace Santander, antiguo Renace Floridablanca.
Asimismo, el contratista y abogado Jorge Iván Villamizar Gómez, quien se ha desempeñado como representante judicial del municipio en procesos frente a entes de control y ha brindado apoyo a la oficina jurídica de la Alcaldía. Villamizar hizo parte del equipo que acompañó a Mantilla Rueda durante su campaña en el movimiento Renace Floridablanca y actualmente, es uno de los que acompaña a la candidata a la presidencia Martha Lucía Ramírez durante su correría por Santander, especialmente, por Floridablanca.
También aparecían en la lista de admitidos el exdiputado conservador y candidato a la alcaldía de ese municipio en 2011, Milton Villamizar Afanador, hermano del exsenador de dicho partido Alirio Villamizar Afanador, condenado en 2010 por la Corte Suprema a nueve años de prisión por haber recibido una serie de notarías en Bucaramanga a cambio de votar a favor de la reelección presidencial de Álvaro Uribe Vélez y luego cobrar a los notarios un millonario pago mensual. En el proceso fue inhabilitado por 96 meses para ejercer cargos públicos.
Es de resaltar que la hija de Alirio Villamizar, Ingrid Carolina Villamizar Meneses, fue nombrada por el alcalde Mantilla en su gabinete, como secretaria de Desarrollo Económico y Social, pero ya renunció al cargo.
Dentro de los requisitos necesarios para aspirar a este cargo figuraba “haber ejercido funciones públicas por un periodo no inferior a dos años”, de acuerdo con el artículo 68 de la ley 42 de 1993, pero la abogada solo acredita en su hoja de vida un año y medio: 10 meses y 12 días como auxiliar judicial en el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bucaramanga, y seis meses como inspectora en Los Santos.
Su mayor ejercicio profesional fue como jefe de la Oficina Asesora Jurídica o de Planeación de la Curaduría Urbana No. 2 de Floridablanca, durante siete años, pero esto no se considera un cargo público, ya que, como lo expresa el Decreto 1469 de 2010, “solo los curadores urbanos ejercen función pública, y esto no es extensible a sus empleados”.
Incluso, así lo dijo el Tribunal Administrativo de Santander, en la sentencia que profirió el 22 de febrero de 2017, y en la que se declaró la nulidad de la elección, pues “no cumple funciones públicas para participar en el proceso de selección y posterior elección para el cargo de contralora”.
Más de un año en el cargo
Díaz Mantilla apeló la sentencia del Tribunal (del 22 de febrero de 2017) ante el Consejo de Estado y este falló a su favor. Dentro de las consideraciones enunció que en la demanda de nulidad del cargo hicieron falta pruebas y que estas fueron presentadas fuera de los términos, es decir, cuatro meses después.
En su apelación, la contralora argumentó que el artículo 158 de la ley 136 de 1994 (que habla sobre el control fiscal, las contralorías y la función de los contralores) no exige que para ser contralor municipal se necesite tener dos años de experiencia. Como lo expresa el apartado, “para ser elegido contralor se requiere ser colombiano de nacimiento, ciudadano en ejercicio, tener más de veinticinco años y acreditar título de abogado o título profesional en disciplinas económicas, administrativas o financieras”.
La contralora explicó que participó en una convocatoria pública y no en un concurso de méritos, y que por esto su formación y experiencia la hacen apta para desempeñar este cargo. “El Acuerdo Municipal 025 de 2001 (Manual Específico de Funciones y Requisitos de los empleos de la Contraloría de Floridablanca) habla de las equivalencias, por cada especialización que se cursa, usted tiene cuatro años de experiencia en la función pública. Tengo una en derecho administrativo y otra en comercial, lo que me acredita ocho años de experiencia. Es decir, suman 12 en función pública”, explicó la contralora.
De acuerdo con el gerente regional de la Auditoria General, Jaime Parra Sánchez, hace 20 días se practicó una auditoría a las actividades de 2016 de este ente de control. El informe fue entregado a la Contraloría el lunes 20 de noviembre y la entidad tiene al menos una semana para hacer la respectiva revisión y réplica. “A mediados de diciembre estaríamos publicando lo hallazgos de las distintas auditorías que se han realizado”, dijo Parra Sánchez.
Según la información suministrada por la Contraloría, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2016, se adelantaron tres auditorías a la Alcaldía en temas de urbanismo, y entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2017, sólo una, en relación al sistema de control interno y presupuesto.
Si bien el Comité Transparencia por Santander vigila el proceso previo a la contratación, resalta que es importante y urgente hacer el control respectivo a la administración de Héctor Mantilla Rueda, ya que este año se encontró que la tendencia en la contratación de la Alcaldía es a un único oferente y, como lo han expresado a esta veeduría algunos interesados en participar en los procesos licitatorios, en “muy pocos procesos se ha presentado más de dos”, lo que reduce las garantías de los participantes, manifestó María Julia Acebedo, vocera del Comité Transparencia por Santander.