Pocas semanas después de que circularan por redes sociales unas fotografías que supuestamente mostraban el inicio del fracking en el lago de Tota (ver En el lago de Tota no se está haciendo fracking), una cuenta de Twitter comenzó a difundir una imagen que señalaba que, si se impedía la explotación de yacimientos de petróleo no convencionales, el IVA subiría al 40%.
La imagen no alcanzó a ser compartida de forma masiva, sin embargo, Colombiacheck decidió verificar la información por tratarse de un tema que preocupa a muchos.
Hablamos con varios expertos en temas tributarios y en política petrolera, quienes nos señalaron que todo lo que contiene el trino es falso.
“En primer lugar, la economía no está riesgo”, señala Nicolás Carrero, director de la firma de contadores y abogados Carrero y asociados, especializada en asuntos contables tributarios. “Sí tiene un hueco fiscal, producto de la caída de los precios del petróleo y del crecimiento que ha tenido el Estado en los últimos años”, explica.
Con la caída de los precios del petróleo, hace cuatro años, vino una reforma tributaria que aumentó algunos impuestos, como el impuesto a la riqueza y subió el IVA al 19%. Sin embargo, eso no quiere decir que si los precios vuelven a bajar o si se acaban las reservas de petróleo (que están para 5,7 años según el Ministerio de Minas), la única solución sería hacer fracking para evitar un nuevo aumento en los impuestos.
Óscar Vanegas, docente de la Universidad Industrial de Santander, experto en política petrolera, dice que la caída de los precios del petróleo afectó a Colombia porque la empresa que más ingresos genera producto de la extracción de hidrocarburos es Ecopetrol, con el 88% del total del recaudo. Si se caen los precios, Ecopetrol se ve afectada y es ahí donde está la pérdida de recursos para el Estado.
Pero, advierte Vanegas, este no es el caso para las multinacionales, porque estas no aportan prácticamente nada al presupuesto nacional, ya que están bajo un modelo de concesión que “consiste en que la participación para el país es cero”, dice Vanegas.
Antes de 2004, la explotación de hidrocarburos en Colombia funcionaba bajo contratos de asociación en los cuales las compañías y el Estado se repartían 50/50 las ganancias. Con la creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), a través del decreto 1760 de 2003, se pasó al modelo de concesión.
Con ese cambio, “el State-take (la participación del país en esa renta) es muy bajo, porque lo único que recibimos son regalías”, sostiene Vanegas. Y las regalías hoy son apenas del 8%, de acuerdo con la ley 756 de 2002 (con el modelo de asociación, las regalías para el país eran del 15%).
Aunque la ley 756 establece, en su artículo 16, que Colombia puede recibir hasta el 25% en regalías, esto aplica solo para campos que produzcan más de 600.000 barriles diarios y, de acuerdo con el Ministerio de Minas, la producción actual total de Colombia está alrededor de los 865.000 barriles promedio día. Es decir, ningún campo petrolero llegará a los 600.000 barriles diarios con el modelo actual.
Pero, además de que el pago por regalías es mínimo, la misma ley establece que cuando se hace explotación de yacimientos no convencionales, como el fracking, se hace un descuento a las multinacionales del 40% en el pago de las regalías, lo que quiere decir que terminarían pagando apenas el 4,8%, en lugar del 8%. Y nada más, porque, nuevamente, la nación no tiene participación en la producción de ese petróleo.
De modo que, de acuerdo con Vanegas, en materia de política petrolera Colombia no pierde nada (pero tampoco gana nada) si no se hace fracking, porque son las multinacionales, y no Ecopetrol, quienes harían la explotación de yacimientos no convencionales. Esto porque los contratos, los bloques y los campos están entregados en concesión a estas compañías.
“Ecopetrol tenía seis bloques de explotación, pero ya devolvió cinco y solo se queda con Valle Medio Magdalena. Y en ese bloque, dado el caso, quien haría fracking sería la empresa socia de Ecopetrol: Occidental Petroleum”, afirma el profesor de la UIS.
Dependencia del petróleo
El petróleo sí sigue siendo un producto que genera altos recursos para el Estado. Según el Ministerio de Minas, en promedio, la renta petrolera (impuestos, regalías, dividendos) ha representado el 10% del presupuesto general de la Nación en los últimos ocho años.
Pero, tanto Vanegas como Luis Álvaro Pardo, investigador de Justicia Tributaria, sostienen que el país dejó de depender del petróleo hace tiempo por cuenta de dos factores: uno, el cambio al modelo de concesiones; y dos, la diversificación de la economía que generó la caída de los precios del petróleo de hace cuatro años.
Además porque, adicional a los porcentajes mínimos que entregan las multinacionales en regalías, el Estado colombiano les otorga todo tipo de exenciones tributarias que terminan por disminuir aún más las ganancias para el país por la explotación de hidrocarburos.
Solo por poner un ejemplo, una investigación realizada por Pardo y otros miembros de Justicia Tributaria, encontró que por cada peso que pagan estas compañías, el Estado les permite que deduzcan 10,80 pesos (esta investigación fue hecha con datos de 2015. La actualización con cifras de 2016 está por publicarse en el portal Justicia Tributaria, según la fuente). De modo que, nuevamente, que no se haga fracking no afecta en nada a la economía colombiana.
Y finalmente, según Carrero, es imposible siquiera pensar que, si existiese algún beneficio económico para el país con el fracking, el IVA subiría al 40% de no hacerlo. Esto porque ningún país del mundo tiene un IVA tan alto y ahora Colombia, como miembro de la OCDE, no podría subirlo a más del 20%, que es el promedio de la mayoría de países pertenecientes a esta organización.
Para Carrero es evidente que quienes hicieron la imagen usaron el Impuesto al Valor Agregado (IVA) por ser un tributo que “le pega a todo el mundo. La intención detrás es presionar para que se deje hacer fracking.”