Los Cotes están en el Congreso con la corrupción a cuestas
Los Cotes son una de las familias con más poder en el Magdalena. Durante varios años han tenido gobernadores, alcaldes y congresistas. Para estas elecciones legislativas inscribieron a dos candidatos del clan: Fabián Gerardo Castillo (Senado) y Carlos Mario Farelo Daza (Cámara). Ambos obtuvieron curul, lo cual les da incidencia en el Congreso y en el departamento, ya que Rosa Cotes es la actual gobernadora.
La historia conocida de los Cotes en el departamento costeño la empezaron “los Conejos”, Luis Miguel y Álvaro Cotes Vives, hermanos de Rosa. Ambos ganaron fama y fortuna como empresarios bananeros de la zona. Sin embargo, su imagen empezó a desvirtuarse cuando se comenzaron a conocer vínculos con grupos paramilitares. Incluso, Luis Miguel fue sindicado de homicidio agravado junto al exjefe paramilitar Hernán Giraldo, mientras que Álvaro fue investigado por recibir el apoyo de grupos paramilitares.
“Los Conejos” incursionaron en política cuando ayudaron a elegir a su cuñado José Francisco Zúñiga, casado con Rosa, como alcalde de Santa Marta en 2004. Para esto, además, buscaron y obtuvieron el apoyo de los paramilitares, hecho que llevó a la cárcel a Zúñiga.
Desde ahí, el grupo logró llevar a Luis Miguel “Mello” Cotes a la Gobernación en 2012 (hoy investigado por un contrato de 500 mil millones de pesos para los juegos de chance en el Magdalena adjudicado casi a dedo), a Rosa Cotes (investigada por desviación de recursos del Programa de Alimentación Escolar) a sucederlo, a Fabián Castillo Suárez a la Cámara de Representantes en 2014 y al Senado en 2018 y a Carlos Mario Farelo al Congreso, como representante, en marzo pasado.
Castillo, bogotano, médico y miembro de Cambio Radical, es ficha clave de los Cotes y allegado a los Char, de quienes obtuvo apoyo para su campaña al Congreso. Para las elecciones de marzo, recibió recursos, entre donaciones y créditos, de seis personas naturales y una jurídica, por un monto total de 318 millones de pesos.
Entre los aportantes se encuentra el médico Álvaro Gustavo Linero, quien donó en especie más de 44 millones de pesos, muy similar a la cifra entregada por Emma Josefina Dávila, quien decidió donar en especie 44,6 millones de pesos. Dávila figura como representante legal de la empresa Oleaginosas Sanrafael S.A., ubicada en Santa Marta, que se dedica a la explotación de palma; además, es la representante legal de la fundación Asilo Sagrado Corazón de Jesús de Santa Marta.
Cabe mencionar que, de manos de su primo César Augusto Suárez, quien también se desempeña como médico en Santa Marta, recibió un aporte de 90 millones de pesos. En el registro del Secop (plataforma en la que todas las entidades públicas deben registrar sus contratos) aparecen cinco contratos por un valor total de 95 millones de pesos firmados entre el Hospital Universitario Fernando Troconis de la ciudad, Ecopetrol y Suárez.
De Javier Enrique Gómez Torres, quien tuvo un contrato de 40 millones de pesos con la Alcaldía de Ciénaga, Magdalena, como instructor y director del proceso de auditoría interna de calidad, Castillo obtuvo una donación en especie de 12 millones de pesos.
La empresa Construmedios, que se dedica a labores de publicidad, le dio un crédito por 43 millones al candidato. Dicha empresa suscribió ocho contratos con la Cámara de Comercio de Santa Marta, con el objeto de prestar servicios de diseño y publicidad, por un valor total de 18’371.696 entre 2017 y 2018,
De su esposa Viviana Estrada Gaviria llegaron 21 millones a la campaña. Otra de sus donantes es Carmen Estrella Navarro, quien hacía parte de su Unidad de Trabajo Legislativa durante su paso por la Cámara. De ella llegaron 63,5 millones de pesos entre donaciones y aportes en especie.
Por último, es importante resaltar que el candidato pasó de 43.214 votos en 2014 a 78.845 en marzo pasado, un aumento cercano al 90%.
Las cuentas del “consentido” de Luis Miguel
Hasta hace poco empezó a sonar el nombre de Carlos Mario Farelo Daza en Magdalena. El administrador de empresas de 32 años no era muy conocido en los círculos políticos de la zona hasta que “el Mello” Cotes decidió darle el aval de Cambio Radical para la Cámara.
Según el portal local Seguimiento.co, Farelo es hijo de la exconcejal y excandidata a la Alcaldía de El Difícil, Magdalena, Zunilda Daza, y con los años se ganó la confianza del clan Cotes, tanto que obtuvo más de 55.000 votos en las pasadas elecciones y sumó 22 aportantes a su campaña, que, entre préstamos y donaciones, le permitieron tener fondos por 819 millones de pesos.
Entre sus mayores aportantes se encuentran Carlos Jiménez Gutiérrez, Carolina Mejía Martínez y su padre Héctor Santiago Farelo, quienes le donaron de a 100 millones de pesos cada uno. Este último es deudor moroso del Estado, debido a un reporte del municipio de Ariguaní, Magdalena.
Otros de sus grandes aportantes son Gladis Beatriz Urrea de Numa, quien le donó 80 millones a la campaña; Jesús David Numa, ganadero del Magdalena y exaspirante a la alcaldía de El Banco, quien le donó 50 millones; Mario José Álvarez, representante legal de la sociedad "Agropecuaria Amigos Asociados S.A.S.", quien donó otros 50 millones, pero que también está reportado, tres veces, como deudor moroso del Estado por los municipios de Ariguaní y Nueva Granada.
De parte de su esposa, Angélica María Murcia, y su primo, Jairo Saúl Farelo, recolectó aportes por 80 millones.
Del total de los aportantes solo hay dos (que son hermanos) que aparecen como contratistas del Estado. José Vicente Trejos de Ángel y Teresa de Jesús Trejos de Ángel.
José Vicente, que donó 20 millones, ha sido contratista desde 2011 de las alcaldías de Chibolo y Nueva Granada, Magdalena. En ambos municipios se ha encargado del suministro de combustible, lubricante, llantas y demás elementos para el funcionamiento del parque automotor de cada uno. En total, los contratos suman 280 millones de pesos, lo que significa que por año ha recibido en promedio 40 millones en contratos.
Por su parte, Teresa de Jesús, quien hizo un aporte de 15 millones a Farelo, registra como arrendataria del ICA en El Difícil, Magdalena, en tres ocasiones, una por 4,9 millones, otra por 8,8 millones y otra por 9 millones.